lunes, 13 de junio de 2011

ESPERANZA BAJO EL SOL Y LA LUNA





EL HORIZONTE, AUN DÉBIL, SE DIVISA



Las horas, pasarán. La Vida, queda.
Al ocultarse el sol, brilla la luna,
que tiembla sobre el mar, y las estrellas
palpitan, mientras muestran el camino
que ha de abrirse al andar sobre las olas...
Enloquecidas, mansas, verdes, quietas,
al infinito en busca del destino
interminable, dócil, suave, pleno,
la nave que gobierno gime y, lenta,
su navegar prosigue, aun yo dormido.
Algunas veces, cruje, bien despierto.
No olvido la canción que ha de acunarme
mientras me alumbra el sol. El alma abierta
al murmullo del agua, que repite:
Si el viento se apagó, achica y rema,
que al horizonte, aun débil, se divisa
el oro de una playa, muy serena.
Nunca un eco tan dulce embriagó oído,
ni el ojo pudo ver, por más que viera.



Luis Madrigal







 
 

3 comentarios:

Pluma Roja dijo...

"Las horas pasarán y la vida queda"

aún nosotros pasaremos y la vida queda, por eso, habemos de disfrutar cada minuto que el tiempo nos brinda ya que cronos vuela.

Lindo soneto como todos los tuyos.

Buenos días estimado Luis.

Hasta pronto. :)

Luis Madrigal Tascón dijo...

Muchas gracias, Aída. Es verdad que, mientras "caminamos", aunque sea sobre el mar, hemos de aprovechar al límite cada minuto, como si se tratase de esprimir un limón. Pero debemos considerar también que, en el primer verso del poema, la palabra Vida se escribe con mayúscula, con lo cual los "minutos" se harán imperecederos y, desde luego, mucho más intensos, gozosos y sublimes. Un beso. Luis.-

Alicia Abatilli dijo...

Esa Vida que traes en este soneto, Luis, es alegría en la mía.
Una tarde de paz se recuesta en tu blog y me quedo en él.
Alicia