ESTOY DE CAMINO
Camino nuevamente, de regreso, hacia mi Bosque, donde otra vez las ramas, las agujas de los pinos, volverán a privarme de toda posibilidad de conexión. Antes, pude hacerlo, en mis dos anteriores entradas, desde el módem wifi de un Restaurante-Bar de Carretera, en la de Madrid a Ávila. Se llama "Magalia" como el noble y borgoñón Castillo de Las Navas. Desde aquí, quiero darle las más sinceras gracias. Pero, ahora, justamente me encuentro sentado en un banco de hierro, casi al lado del propio Castillo, justamente situado de espaldas a mí mismo, esperando la llegada del autobús, mientras aletea en mi memoria el espíritu de Vicente Aleixandre. Se me ha ocurrido buscar algún tipo de conexión y he hallado una no codificada. No me importa que pueda leer todo el mundo lo que escribo, como advierte elegantemente la red a la que he logrado conectarme. Seguramente será la única manera de que alguien se entere de que existo, y puede que hasta deje constancia de ello. Desde hoy, tengo otra idea acerca de esta medida de "seguridad" relativa a la codificación de las redes de conexión, y en cuanto llegue a Madrid, descodificaré la mía, la haré pública y libre a cuantos puedan necesitar cobijo en ella. Dar albergue al peregrino, es una de las obras de misericordia, y este recurso grandioso, que permite a todos los hombres del mundo recibir ayuda y, tal vez, protección y consuelo, no debe cercenarse a nadie. Con razón algunos anuncios proclaman que Internet no es de nadie, sino de toda la Humanidad. Un abrazo a todos los seres humanos. Especialmente a los que su generosidad impulsa a no codificar sus redes de acceso. Luis Madrigal.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario