Son en
Madrid ahora mismo las 11 horas y 5 minutos del día 23 de Septiembre. Acaba de
comenzar el Otoño en España. Todavía no han de caerse las hojas de los árboles.
Este “primer Otoño”, es dulce y plácido, quizá aún más que el verano. Más
reflexivo y quieto, puesto que camina hacia los días más breves y oscuros, los
del Invierno, en los que baja la niebla desde las altas cumbres, para quedarse
prendida en las esqueléticas y desnudas copas de los árboles. También, cada ser
humano, camina cada día hacia su futuro desnudo y esquelético, sin solución de
continuidad posible. A veces, se arrastra en soledad y busca los ocres colores
otoñales, como amoroso refugio en el que el recuerdo llene sus horas. Este misterio del tiempo, nunca pasa, pero nos
pasa, nos envuelve poco a poco, y pretende terminar en la nada. No me llevará a
mí a ese lugar inimaginable, nunca posible, de vacío absoluto y eterno... De
conmovedora y esperpéntica abstracción de lo que “no es”… ¡La nada! No, no me
arrastrará allí. A tal intento nihilista y desintegrador, opongo la Esperanza…
Sin duda, me conducirá a la muerte, pero ni el tiempo podrá advertir siquiera que, para
mí, la muerte será la Vida. Luis
Madrigal.-
viernes, 23 de septiembre de 2011
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3 comentarios:
El Otoño ha sido infinitamente comparado con esa etapa caduca de nuestras Vidas en que se ve más corto el camino por recorrer que el ya recorrido... Pero has sabido darle un toque de color y Esperanza que ayuda a llevarlo mejor.
¡Otoño! ¿No será antaño? ¿O ahora mismo? ¿En este momento?
Yo siempre he querido que mi vida en todo tiempo, fuese de trabajo y por lo tanto de fruto. ¿Es que no puede haber cosecha en tiempo de cierzo, granizo, nieve o heladas?. Creo que todo tiempo es de producción y, máxime cuando nos apoyamos en la Esperanza de la Vida por la Resurreción. Esta es mi fe y así lo publico.
Hermoso texto.
Siempre unidos Otoño y Melancolía. Siempre como antesala de algo triste, gris, frío.
Es como si no tuviera identidad propia sino sólo un trecho de camino entre el verano y el invierno...entre la vida y la muerte.
Sin embargo...si nos fijamos bien...el otoño posee tiempo, un tiempo largo que sólo de nosotros depende llenar....de vivencias, de esperanza...de luz...de calidez.
Es muy propio de nosotros...las personas....perder el tiempo...usarlo indebidamente...no valorarlo.....hasta que se nos va...entonces, cuando ya nuestro tiempo agoniza..cuando ya vemos su pérfil, y a punto de darnos la espalda...nos damos cuenta de que el otoño...al igual que la primavera o el verano...fue un tiempo que Dios nos regaló para que disfrutáramos el sonido de las hojas secas...cuando las pisáramos...pero con una sonrisa en los labios y amor en el corazón.
Cada día es un milagro...un tesoro...ya aquí en la tierra, lo mismo en primavera que en invierno.
Al igual que el tronco desnudo mantiene su savia...las personas mantenemos nuestro espíritu intacto...a lo largo de nuestra vida. Sólo nos falta la plena consciencia de ello.
Saludos.
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