Nuevamente, mis insignificantes quehaceres, me han hecho caer en el olvido. ¡Pero, si ya estamos justamente en la mitad de Marzo...! Sin embargo, nunca es tarde. En este mes, Cáritas Española quiere ocuparse de aquellos a quienes su salud mental ha conducido por tristes derroteros. ¡Oh la salud mental, la mente humana...! Nadie sabe qué es, en qué consiste, dónde habita... Lo poco que se sabe, los saben los Psicólogos, los Psiquiatras, desde luego, pero aún así lo ignoran casi todo. El cerebro humano, es un pozo sin fondo, en el que nunca se oye chocar la piedra con el agua. Pero sí se sabe una cosa. Algo esencial. Cuando la salud mental, en cualquiera de sus casi infinitas dimensiones, falla, se vuelve opaca, se diversifica o desdobla, se torna inestable y tambaleante, surgen el miedo o la angustia, la falta de ganas de vivir o, simplemente, la falta de capacidad para afrontar los problemas cotidianos de la vida..., entonces, algo muy doloroso se produce dentro de aquella persona que lo sufre y, muy frecuentemente, casi siempre, en las de su entorno familiar. Por eso, Cáritas sabe bien de qué está hablando al establecer sus Centros de Salud Mental, para rescatar en lo que quepa y pueda ser a las víctimas, casi siempre inocentes, de ese terrible mal, a quienes la sociedad rechaza y deja fuera de sí. Benditos sean por ello, cuantos dedican un solo segundo de su vida a acompañar el alma enferma de sus hermanos los seres humanos. Luis Madrigal.-
jueves, 15 de marzo de 2012
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4 comentarios:
Qué gran labor, Luis, atender a los enfermos mentales; a esas almas dadas de lado como si fuesen culpables de tan terrible y enigmática enfermedad, para ellos mismos y sus familias.
Me solidarizo totalmente con tu escrito, amigo poeta.
Saludos. María
Querida María: Estoy seguro de que también te solidarizas con ellos, con los enfermos y de que, en lo que te sea posible, echarás una mano en la labor que a todos nos incumbe. Bueno y... si yo soy poeta, más y mejor lo eres tú. Una gran poetisa. Un beso, María. Luis.-
Buena labor, amigo leonés. Buena labor.
Deberíamos recordarnos a nosotros mismos, mientras nos es permitido el hacerlo. Puede que mañana no nos acordemos ni mirándonos en el espejo.
No en vano ya lo dijo el vidente...
"Cesar, guárdate de los idus de marzo".
Un abrazo
He leído las dos entradas. Ambas, cada una con su objetivo y su estilo, me han gustado mucho.
Por motivos de trabajo, este mes apenas entro en el blog. Me alegra volver a leer sus escritos. El soneto, precioso. Mi cordial saludo.
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