viernes, 14 de junio de 2013

LEJANA MIRADA




VOLVÍ A MIRAR DE LEJOS


Miré desde tan lejos el rosal,
que el hielo lo cubría. No había rosas.
Ni contrastes de luz, ni mariposas
tan rubias, ni de labios de coral.

Como la que buscaba, en el austral
Jardín, ya diluido en nebulosas
-oscuras y grisáceas como losas-
ticciones, que apagaba tu cristal.

Y no pude ver más. Sólo el Invierno,
buscando ya un abrigo junto al fuego,
a impulsos del amable bien eterno

(el asiento a la lumbre), con despego
del amor que no fue, siendo tan tierno.
Sentí sabor de hiel, no olor a espliego.


Luis Madrigal





2 comentarios:

María Bote dijo...

EXCELENTE SONETO, AMIGO LUIS, PLENO DE MELANCOLÍA...

FELICIDADES Y BUEN FIN DE SEMANA.

BESOS. MARÍA

Francisca Quintana Vega dijo...

Un poema no tanto de desamor como de distancia,distancia fría y dolorosa.
Esa mirada suya que se va siempre muy lejos...tan lejos como todo lo ancho del océano. Mi cordial saludo.
Ah...mi marido y yo le hemos comentado el poema que más abajo nos dedica.