VOLAR AL CIELO
Volaba quieta ayer una paloma
cuyo ahínco era -azul- subir al cielo.
Suspiraba, mirando el bajo suelo,
que negro oscurecía tras la loma.
Del sol más puro, áureo reflejo toma
y olvida entre algodón el turbio velo
que le ocultó la luz. Su noble anhelo
es brillar en lo alto… Ya se asoma
al manso y claro empíreo. Ya llega
al reino de la luz… Sin sombra, espera
alcanzar entre aroma el punto omega.
Y lo mismo que el grano da en la era
del fruto su vigor, las alas pliega
para hacer del Invierno Primavera.
Luis Madrigal
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