sábado, 8 de marzo de 2014

AL CAER DE LA TARDE




DESDICHADA ES MI DICHA


Arrastro, con su peso, el sentimiento
que viene sin cesar  -lento-  a mi vida
y con él  -sin cerrar-  la dulce herida
que cielo y mar trajeron con el viento.

Este peso, será fuerte cimiento.
De construcción serena la medida,
como construye la ola  -en su venida-
sobre arena en la playa el movimiento.

Tejer y destejer aires festivos,
ardientes, claros, puros, clamorosos,
un día y otro día y sucesivos...

Desdichados, crueles, pero hermosos,
sin poseer ni al aire, posesivos,
desdichados, sin fe… pero dichosos.


Luis Madrigal




1 comentario:

Francisca Quintana Vega dijo...

Un maravilloso soneto, donde sigue la lucha entre la resignación de la tristeza y la satisfacción producida por un sentimiento amoroso. Felicidad, infelicidad, melancolía y aceptación. Sentimientos encontrados...dicha, desdicha...hacen de este soneto un clásico del romanticismo que nada tiene que envidiar de "los clásicos".
Espero que esté bien de salud y lo mejor posible de ánimo. Reciba nuestro fraternal abrazo.