SÓLO UNA HOJA
No, no es Navidad. Tan sólo es un sarcasmo.
Sólo una hoja. Dos. De muérdago apagado y triste,
silencioso. Sin luces ni cristal, y sin cristales
que guiñen sus ojos ciegos en la noche
a los que, fuera de sí, caminan, con paso
mustio y ceniciento.
Cargado de temor alborotado que gime
y, sin saberlo, llora mientras ríe.
Risa sin ser, sin alma y, a porfía,
simple mueca de nada, que agiganta
el vacío que vuela y llena el aire
de más nada. De abulia que corre al precipicio
para morir, ya sin vida... Más que un cadáver,
maltrecho y polvoriento -en infernal crepúsculo-
parece un eco eterno de infinito muerto
que arrastra en torrentera mil suspiros
de lo que nunca fue,
ni vio, entre espasmos moribundos,
los efluvios del ser que, el Alba de la Historia,
quizá -aun cuando fuera así-
depositó, en el corpóreo barro preexistente,
su simiente de amor, para alcanzar la Vida.
Luis Madrigal
No hay comentarios:
Publicar un comentario