ESTE BLOG
Sinceramente, varias veces había pensado cerrar para siempre este humilde Blog, y últimamente de manera muy acusada. Tengo la impresión de que a muy pocas personas interesa lo que en él escribo, lo que, a su vez, he de comprender y aceptar con la misma humildad. Por otra parte, a esta impresión general se habían acumulado razones mucho más poderosas, que clamaban insistentemente por mi propio aislamiento. En realidad, también he pensado siempre que, algunas personas, entre las que creo encontrarme, escriben únicamente por el placer de hacerlo. Algo así, o algo parecido, a aquello del “arte por el arte”, lo que viene a hacer de la obra artística algo esencialmente distinto de un objeto utilitario, aunque, en mi triste caso, de arte precisamente no haya nada, porque, de haberlo, el número de lectores interesados sería notable. O no, quién sabe a qué mecanismos o a qué impulsos puede responder este asunto, en lo que se refiere a lo que se escribe en los blog, blogs o bloges, que algunos llaman también “bitácoras”, hoy día válvula de escape a las inquietudes del espíritu humano, en prácticamente todo el mundo. En principio, cabe admitir esa posición, la del mero gusto de escribir, con la intención fundamental de leer lo que uno mismo escribe, y en este sentido bástele a esa intención su propio fin. Con un único lector es suficiente. Cierto es también, y muy respetable, la idea de quienes piensan que nadie puede escribir nada para guardar lo escrito en un cajón, hasta que amarillee el papel sobre el que se escribe. Posiblemente, también es así. O sólo es así. De nuevo, cabe pensar, ¿quién sabe?
En cualquier caso, conviene no olvidar nunca, porque me parece que viene muy a cuento, aquello del “Sturm und Drang” (tempestad e impulso) movimiento literario desarrollado en Alemania durante la segunda mitad del Siglo XVIII, que otorgó a los artistas -aunque yo no lo sea, desde luego- la facultad de subordinar la expresión a la propia subjetividad individual, y no sólo a eso, sino incluso a las propias emociones, al margen de las limitaciones impuestas por el racionalismo y los movimientos asociados a la estética. Este movimiento fue capaz de mostrar, en Alemania, cierta oposición a la Ilustración alemana, o Aufklärung, precursora del Romanticismo, y uno de cuyos más importantes representantes fue nada menos que Johann Wolgang von Goethe. ¡Por Dios!, no pretendía yo llegar tan lejos, ni establecer la más mínima comparación con aquel gigante, a quien muy posiblemente nadie leería tampoco en estos tiempos, lo cual me consuela.
El caso era que, hasta hace muy pocas fechas, mantenía en mi ánimo la duda de cerrar este humilde Blog, cosa que ya no haré nunca jamás, porque alguien a quien yo no podría negar nada me lo ha pedido. Lo lamento por ustedes y por vosotros, queridos escasos amigos y presuntos lectores, pero este humilde y nada interesante Blog, por lo que parece, tendrá que permanecer abierto eternamente. Al menos, mientras yo viva y, sobre todo, de ser ello posible, mientras viva quien me lo ha pedido. Luis Madrigal.-
6 comentarios:
Mi querido amigo leonés: Todos los días, sobre las 6 de la mañana, me levanto y enciendo mi ordenador para escribir. Lo primero que hago es dar un repaso a lo que mis amigos han escrito, y una sonrisa de cariño me une a ellos en esta cómplice comunidad.
Tus poemas, bardo amigo, son leídos y tus longas reflexiones, también. Hay días en los que dejo "mi huella" (como dicen también los que a esto llaman "bitácora") pero otras veces no, y no es por no querer hacerlo, no, mas bien es por no dispersarme cuando estoy empezando la jornada de lo que necesito escribir; pero leerte, siempre te leo y como yo, pienso que muchos otros.
La amistad, "amicus", es un sentimiento racional y humano tan necesario como lo es el amor, cuyos orígenes derivan de la misma raíz "amore", aunque aquella sea más difícil y rara que esta. Conservemosla.
Por amigo te tengo, sin más interés que el compartir este blog, el instruirme con tus sabias palabras y el disentir de ellas cuando el caso llega.
Me uno a esa petición, sabia, que te anima a seguir.
Ya lo sabes, más de dos... es multitud.
Un abrazo fuerte.
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Puede que, mis idas y venidas por Flandes e Italia, me tengan más ocupado de lo que quisiera y que, por ello, no comente con la asiduidad que la buena educación, en la que tantos dineros gastaron mis progenitores, me obliga..., no obstante, sepa Vuestra Merced que, cada vez que veo que se actualiza Vuestro cuaderno de bitácora, paso de inmediato a leerlo..., como un amigo lee a su amigo.
Expresiones no cerradas varias.
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Mil gracias, querido MAN, por tu cariñoso comentario. Aquí te estaré esperando, cada día del año, a las 6 de la mañana. ¡Qué madrugardor! Yo también te buscaré con el mayor interés, como bien sabes, aunque un poco más tarde, cuando ya estén puestas las calles y hayan venido las lecheras. Un fuerte abrazo de tu buen amigo, Luis Madrigal.-
Mil gracias, Mi Capitán, por hacer un huequecito, entre las idas y venidas a Flandes e Italia que, por razón de vuestro noble oficio, ha de efectuar Vuestra Merced. Sabéis, mi querido Capitán, que mi afecto es recíproco. Un fuerte abrazo y siempre a vuestras órdenes. Luis Madrigal (Alférez de Infantería)
¡¡Por supuesto que no debe cerrar el blog!Escribe muy bien y su deber es publicarlo...jaja.
Mire, yo, cuando quiero tener más seguidores,me hago seguidora de blog nuevos que siguen mis conocidas y conocidos de blog. Y les comento. Al poquito tiempo,esas personas vienen a comentarme a mí.
Ya sé que lo ideal es que, sin hacer nada, se nos llenara el blog de visitantes...pero las cosas...no son siempre así. Mi madre diría que son "panes prestados", en la mayoría de los casos.No en todos.
En fin...que...¡¡siga escribiendo!!
Mi cordial saludo, señor Madrigal.
Exactamente lo mismo decía la mía, querida Francis. Quiero decir mi madre, en lo que atañe a eso de "los panes prestados". No quisisera ofender a nadie, y menos a ti, pero ni tengo tiempo ni esa especie de "pasteleo" me parece necesaria, porque nadie puede añadir un sólo centímetro a su estaura por "ponerse de puntillas". Lo digo sinceramente. Por lo demás, también soy sincero al decir que con pocos lectores, tú por ejemplo, y algunos otros pocos buenos amigos más, ya es más que suficiente. Un cordial saludo, Francis. Luis Madrigal.-
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